Bienvenidos
525 años en San Pelayo
Hoy cumplimos las monjas de San Pelayo 525 años de nuestra llegada a Santiago.
Y lo queremos compartir con todos vosotros. ¿Por qué? porque es un gozo para nosotras y es bueno compartir lo que nos alegra, lo que nos hace crecer en el Señor. Es Él quien nos ha convocado y es Él quien nos sostiene en nuestro caminar y permanecer a la sombra del Apóstol como herederas de los primeros custodios del sepulcro del señor Santiago, nuestros hermanos los monjes benedictinos.
Porque deseamos seguir siendo casa de acogida donde toda persona pueda sentir en su interior el eco de la voz del Señor que nos invita a cada uno con gran amor a participar de Su mesa, de Su Pascua, en una palabra: de Su Amor.
Deseamos ser presencia que indique la Presencia, donde todos podáis encontrar paz y silencio, oración compartida en la liturgia, iglesia abierta.
Porque deseamos seguir siendo eslabón en la cadena ininterrumpida de mujeres que han habitado esta casa buscando a Dios desde el hermoso camino de la vida monástica, convencidas -como N. P. S. Benito- que es un auténtico camino, que iniciado en la escucha de la Palabra, inclinando el oído de nuestro corazón, lleva a la cumbre del Amor, a la plenitud de la Vida en el Señor.
No es esta una vida para explicarla, es para vivirla en la vertiginosa sencillez del día a día comunitario y fraterno.
Por todo esto, también queremos que esta sea una invitación a todos, y especialmente a las jóvenes, a venir y ver. La llamada es Suya, la respuesta es personal e intransferible. ¿Y nosotras? Mediación. Pobre y vulnerable pero gozosa por el tesoro que nos ha sido regalado por el Espíritu, porque solas no podemos, nuestra vocación es llamada a vivir en comunidad.
Orad por nosotras. Nosotras os ponemos ante el Señor cada día.
Si queréis conocernos nos podéis escribir a: monjasanpaio@yahoo.es
Quiénes Somos / Espiritualidad Benedictina
Somos una comunidad de monjas benedictinas o, lo que es lo mismo, un grupo de mujeres consagradas a Dios en el seno de la Iglesia Católica que tienen como norma de vida el Evangelio según la Regla de san Benito, la cual contiene unos principios firmes basados en la Palabra de Dios, un programa de vida espiritual, unas normas para estructurar un monasterio y una comunidad. Los medios que San Benito nos ofrece para llevar a cabo este proyecto son: La Regla como norma de vida, la Comunidad como lugar teológico de la presencia de Cristo en medio de las hermanas, y la Abadesa como servidora y animadora de vida fraterna.
En la actualidad somos 26 Hermanas herederas de una larga historia y herencia. Más de quinientos años después de nuestra fundación en el corazón de Compostela, las seguidoras del Santo de Nursia continuamos en Antealtares como única presencia monástica, pero en continuidad, de aquellas otras de la Orden que tuvo la ciudad de Santiago desde sus mismos orígenes a principios del siglo IX.
Toda nuestra vida se cimenta en tres pilares: El Oficio Divino: es la oración oficial de la Iglesia, en la que Dios habla a su Pueblo y éste le responde con el canto y la alabanza. Su culmen es la Eucaristía y en torno a ella se articulan los siete momentos de oración que santifican el curso del día. La Lectio Divina: literalmente “lectura (de las cosas) de Dios”. Es una lectura orante de la Biblia en la que a través del texto se entabla un diálogo personal con Dios. Es el corazón de la tradición espiritual benedictina. El trabajo: nos ocupa el resto de la jornada. Como nos dice san Benito: Así son verdaderamente monjes cuando viven del trabajo de sus manos (RB 48, 8) El tipo de trabajo es flexible y se adapta a las necesidades de cada monasterio.